EL CUERPO DEL ARTE
De la represión y opresión de siglos pasados, el
cuerpo en la actualidad pasó a ocupar un terreno protagónico en la creación
artística. Turner invalida la distancia entre el artista y el objeto, Cézanne
desterritorializa los sentidos, el cubismo comprende que el objeto está sujeto
a los desplazamientos corporales, en el expresionismo revaloriza lo bajo y lo
excluido, así sucesivamente se puede nombrar como movimientos y artistas
puntualizan el lugar del cuerpo en la producción artística.
Pollock es un claro ejemplo de cómo la pintura se
convierte en un registro de la acción corporal, se hace visible el gesto,
Barthes habla de la ilegibilidad del gesto como una fuerza no domesticada por
un sentido, en el gesto no se percibe lo dicho sino el cuerpo, es en el cuerpo
donde se evidencian las pulsiones del sujeto por encima de las alusiones del
objeto.
Artaud, afirma el cuerpo en el teatro, liberándolo de
su expresión reprimida detrás de las palabras, de allí que extrema un lenguaje
físico, de sonidos y silencios puros, despedazando el cuerpo occidental,
unitario, funcional, organizado y jerarquizado. Deleuze reafirma esa necesidad
de experimentar con el cuerpo, de pluralizar los afectos como requisito para
pensar lo impensado.
No es raro entonces que se desarrollaran expresiones
como el performance, el happening o el body art, todo este trayecto apuntaba a
salvar las diferencias entre arte y vida, experimentar ya no con obras sino con
el cuerpo cotidiano y la propia vida, o mejor, hacer de la vida obra.
Algunos autores hablan de un cuerpo que al ingresar a
la era de la velocidad no da tiempo para fijarlo en nada, se pierde la división
original-copia, modelo-imitación, natural-artificial, naturalmente ante esta
lógica quedan obsoletos conceptos como verdad o belleza, El cuerpo físico
newtoniano, sólido e inmutable, cede su lugar a una especie de cuerpo cuántico
que nos habilita para emplear conceptos como flujo, velocidad, desaparición,
descentramiento, en definitiva ámbitos abiertos y cambiantes donde lo gaseoso
ha sustituido a lo solido.
Edgar Garavito explica el cambio de paradigma de la
siguiente manera, a diferencia del sólido que concibe el espacio cerrado a
partir de formas de puntos o vectores lo gaseoso concibe el espacio como
espacio abierto y su problema es cómo ocupar el máximo de espacio con
movimientos en torbellino, en espiral, etc., la creación en la actualidad no
trata de dar formas, trata de captar fuerzas.
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