viernes, 11 de mayo de 2012

Resumen el arte es cuerpo


universidad central del ecuador
El arte es cuerpo
Resumen

Gledys Riera Macias
03/05/2012





El imaginario corporal emerge poderosamente como síntoma de una época que se siente a sí misma, diría desmaterializada. En el porvenir de una ilusión, Freud insiste: ”podemos repetir una y otra vez que el intelecto humano es muy débil en comparación con la vida instintiva del hombre. Pero con esta debilidad sucede algo especialísimo. La voz del intelecto es apagada pero no descansa hasta haberse logrado hacer oír y siempre termina por conseguirlo..”
Freud se contradice al afirmar en tres ensayos para una teoría sexual, que lo bello posee en su origen una designación de algo sexualmente estimulante, por lo cual no es extraño que en distintas culturas los genitales se asocien a formas animales y se les asigne poderes bajos.
En una relación cuerpo-memoria, si los recuerdos son imágenes, tales imágenes no remiten a lo que llamamos objetos reales, sino que nos referimos a cargas energéticas, memoria de huellas como diría Nietzsche, que aparecen en los cuerpos, más exactamente, en las mentes de los hombres, como consecuencia de una memoria histórica e individual.
Bertrand afirma: “Si lo intensivo del recuerdo subordina a lo extensivo, estamos en el universo del olvido; si lo extensivo (lo temático) subordina a lo intensivo (la emoción) permanecemos en el mundo de la memoria. La mente entonces se une al pasado y al futuro por fantasmas que precisamente hacen cuerpo, producen efectos, mediante el recuerdo.
El sexo al igual que la palabra significan por definición la búsqueda del otro. El amor se constituye como un efecto de la palabra, pero ésta a su vez es el resultado de un acto de carne.
Desde esta simbología materialista, se ha tratado de explicar el orden del discurso masculino, desplegado en la potencialidad del logos, mientras lo femenino se ha relegado a la forma del silencio, pero la mujer va poco a poco caracterizándose como el enigma del misterio, en las artes el silencio sale a la superficie, llega rememorando, pero sin palabras, a través del cuerpo.
Puede entenderse como un trabajo sobre sí para sacar algo del otro que está en mí silenciado, el contexto virtual la imagen digital, la mímesis, ya no responde al dictado de la percepción del mundo natural, sino a postulados abstractos.
En el Renacimiento y en la misma Modernidad se exalta el punto de vista, espacio-temporalizado. Las realidades virtuales han comenzado a competir con las realidades físicas, asistimos a una desmaterialización de los modos de comunicarnos. Es un momento vital que acompaña las instalaciones y el oficio pictórico recuperado como cuerpo.
Pensar el futuro no es la memoria del pasado, más bien consiste en la capacidad de mirarnos en las promesas no cumplidas que atentan contra lo que nos viene como especie.

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