universidad
central del ecuador
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El arte es cuerpo
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Resumen
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Gledys Riera
Macias
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03/05/2012
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El
imaginario corporal emerge poderosamente como síntoma de una época que se
siente a sí misma, diría desmaterializada. En el porvenir de una ilusión, Freud
insiste: ”podemos repetir una y otra vez que el intelecto humano es muy débil
en comparación con la vida instintiva del hombre. Pero con esta debilidad
sucede algo especialísimo. La voz del intelecto es apagada pero no descansa
hasta haberse logrado hacer oír y siempre termina por conseguirlo..”
Freud
se contradice al afirmar en tres ensayos para una teoría sexual, que lo bello
posee en su origen una designación de algo sexualmente estimulante, por lo cual
no es extraño que en distintas culturas los genitales se asocien a formas
animales y se les asigne poderes bajos.
En
una relación cuerpo-memoria, si los recuerdos son imágenes, tales imágenes no
remiten a lo que llamamos objetos reales, sino que nos referimos a cargas
energéticas, memoria de huellas como diría Nietzsche, que aparecen en los
cuerpos, más exactamente, en las mentes de los hombres, como consecuencia de
una memoria histórica e individual.
Bertrand
afirma: “Si lo intensivo del recuerdo subordina a lo extensivo, estamos en el
universo del olvido; si lo extensivo (lo temático) subordina a lo intensivo (la
emoción) permanecemos en el mundo de la memoria. La mente entonces se une al
pasado y al futuro por fantasmas que precisamente hacen cuerpo, producen
efectos, mediante el recuerdo.
El
sexo al igual que la palabra significan por definición la búsqueda del otro. El
amor se constituye como un efecto de la palabra, pero ésta a su vez es el
resultado de un acto de carne.
Desde
esta simbología materialista, se ha tratado de explicar el orden del discurso
masculino, desplegado en la potencialidad del logos, mientras lo femenino se ha
relegado a la forma del silencio, pero la mujer va poco a poco caracterizándose
como el enigma del misterio, en las artes el silencio sale a la superficie,
llega rememorando, pero sin palabras, a través del cuerpo.
Puede
entenderse como un trabajo sobre sí para sacar algo del otro que está en mí
silenciado, el contexto virtual la imagen digital, la mímesis, ya no responde
al dictado de la percepción del mundo natural, sino a postulados abstractos.
En
el Renacimiento y en la misma Modernidad se exalta el punto de vista,
espacio-temporalizado. Las realidades virtuales han comenzado a competir con
las realidades físicas, asistimos a una desmaterialización de los modos de
comunicarnos. Es un momento vital que acompaña las instalaciones y el oficio
pictórico recuperado como cuerpo.
Pensar
el futuro no es la memoria del pasado, más bien consiste en la capacidad de
mirarnos en las promesas no cumplidas que atentan contra lo que nos viene como
especie.
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