viernes, 15 de julio de 2011

NO HAY COMO EN BOTICA

Gledys Macías muestra la receta que no hay en el Hospital Eugenio Espejo y que debe adquirir fuera. Foto: Eduardo Terán/UN



Medicinas hay, pero no para tratar casos especiales. Esa es la realidad que  ÚLTIMAS NOTICIAS pudo constatar en un recorrido que hizo por los tres hospitales públicos de Quito. 

En el  Eugenio Espejo los pacientes que salían de consulta externa y se acercaban hasta la farmacia de este centro podían encontrar antiinflamatorios, analgésicos y antibióticos. 

Sin embargo, cuando Gledys Macías llegó con su receta se enteró que el sophixin, un colirio que le recetaron, no había. Y no porque se hubiese terminado, sino porque no consta dentro del 'cuadro nacional básico de medicamentos'.

Hay que recordar que en este esquema se detallan las medicinas que se deben suministrar, de manera gratuita, a los pacientes de estos centros médicos.
"Ahora me tocará buscar el remedio por fuera, ojalá no sea costoso", comentó Macías.

Y es que los fármacos que se recetan en los hospitales públicos son genéricos y para dolencias comunes, mas no para enfermedades que necesitan de un trato especializado.

Según la explicación de Marco Ochoa, director del Hospital  Enrique Garcés, muchos de los medicamentos, por ser genéricos, no pueden curar algunas afecciones ya que son resistentes a las mismas y es ahí cuando el paciente debe comprar en boticas de afuera.

Los fármacos en los hospitales Enrique Garcés y  Pablo Arturo Suárez son en su mayoría utilizados para pacientes de cirugía y emergencia, pero cuando éstos se terminan llega el problema de desabastecimiento y como la adquisición  de los mismos se hace a través del portal de Compras Públicas se demora la obtención de las medicinas.

En el Eugenio Espejo el problema se torna más complejo. Al ser un hospital con 35 especialidades, los medicamentos que ahí se suministran resultan   insuficientes para todas las dolencias que ahí se tratan.

Por su parte, Andrés Corral, director del Pablo Arturo Suárez, dijo que cuando no existe una  medicina en la casa de salud para alguien que esté hospitalizado, se remite al paciente a una clínica privada bajo convenio y que luego se cancelan los  rubros por la atención del mismo.

Cuando no hay la medicina en las farmacias de los hospitales las personas deben acudir a las particulares para comprar; sin embargo deben tener sellada la receta, de otra manera no podrán comprar los fármacos.

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