viernes, 11 de mayo de 2012

Resumen El cuerpo en el indigenismo


La construcción del cuerpo en el indigenismo
Tanto la plástica como la literatura para representar a la otredad hacen uso de un signo frecuente que es el cuerpo, el cuerpo se presenta como coagulador simbólico de distintos sentidos.
Cuerpo y poder en el indigenismo
La dominación cultural también se ejerce y fundamentalmente sobre el cuerpo, según Foucault el cuerpo de los seres humanos se convierte en fuerza de trabajo.
Nada pertenece más al individuo, nada está más al alcance de su conocimiento que su propio cuerpo. Al mismo tiempo, pocas realidades le ofrecen más enigmas y más desafíos que su representación. El cuerpo construido en el indigenismo, es un cuerpo que no pertenece al indio, el cuerpo es el primer lugar de dominio del latifundista, el indigenismo denuncia el poder que tiene este y cualquier blanco civilizado frente al indio bárbaro o buen salvaje. En este sentido el poder solo estaría en el discurso de la prohibición.
Para Foucault no existen relaciones de poder sin resistencias ya que estas son más reales y eficaces cuando se forman allí mismo donde se ejercen las relaciones de poder, la resistencia al poder no tiene por qué venir de fuera para existir, lo hace donde el poder está. Cabe anotar que en las representaciones plásticas no existe referencia directa al tema de la resistencia de los indígenas.
En la literatura y en la plástica del realismo subyacen las estructuras del poder pues el planteamiento final de los artistas no es la ruptura definitiva con el estado, sino cuestionar las estructuras establecidas para modernizarlas y volverlas más democráticas. Lo que hace que el poder agarre, se lo acepte, es simplemente que no pesa solamente como una fuerza que dice que no, sino que de hecho la atraviesa, produce cosas, induce placer, forma saber, produce discursos. Es preciso considerarlo como una red productiva que atraviesa todo el cuerpo social más que como una instancia negativa que tiene como función reprimir.
Desde el esencialismo, al cuerpo se le asigna roles inmutables de acuerdo con su condición biológica, como sostiene Bordieu. El anhelo construccionista no promueve exclusivamente la contraposición a la diferencia sexual binaria esencialista, sino la resistencia política de los sujetos al poder.
En ciertos cuadros se ve representada la mujer que lleva sobre su cuerpo niños o flores, es recurrente en la plástica de esta representación pues la mujer lleva a su espalda elementos delicados acordes con su condición femenina, por tanto los roles de las mujeres cambian de acuerdo a la raza a la que pertenezcan.
La geopolítica del cuerpo
La asimilación de los criterios culturales dentro del proceso de socialización, respecto de la construcción de sentido en lo referente al cuerpo, genera una diferenciación de género en términos de dominación masculina, más o menos perceptible. Dominación que se hace patente en la división social de roles, en el ámbito laboral y en la esfera sexual, donde la mujer debe permanecer sometida de una forma socialmente aceptada, los cuerpos son construidos a partir del referente occidental.
La literatura y la plástica del indigenismo han elaborado sus discursos de denuncia dentro del statu quo, pues el cuerpo llegó a ser representado en un lugar común, de pobreza, miseria y postración, pero siempre dentro de los roles que la sociedad había establecido.
La medicina
Para la construcción del cuerpo del indígena se ha abandonado de alguna manera el esencialismo de la medicina parafraseando a María del Carmen Carrión la construcción cientista del cuerpo indígena es una edificación basa en la deformidad de sus miembros. Fuerza y cualidades están sometidas al máximo rigor adaptativo del ambiente, las extremidades grandes son recurrentes para denunciar el trabajo que realiza el indígena.
La moral
La moral nace como consecuencia de la vinculación al grupo, regula las relaciones de copertenencia fruto de la adscripción al rol. Esta concepción implica un carácter externo de la regla moral de tal forma que no parte de un interés particular generalizado sino que responde a un interés general.
Así tanto la identidad de la persona como el desarrollo de su personalidad es un reflejo de los actos comunitarios realizados con medios simbólicos. Estos discursos construyen las imágenes del cuerpo, del cuerpo deseado, del cuerpo útil. L a imagen como forma de expresión de la subjetividad femenina, el ser construido para el otro y la responsabilidad afectiva en la que han sido socializadas se cosifica en una imagen de sí mismas reflejadas para los otros.
Existen retratos en los que se muestra altivez en la mirada lo que nos señala su origen étnico es la indumentaria, se rompe con el esquema de mirada baja y sumisa propias del grupo étnico y del género, la relación de la mujer y su seducción es parte de su negación manifiesta, ya que es un elemento desestabilizador en términos de norma moral y por consiguiente un objeto de dominación
El cuerpo en la cultura popular
La cultura popular particularmente está muy ligada a la experiencia corporal sensible, a vivencias particulares del cuerpo, la visión humanista convirtió a Camilo Egas en el precursor del indigenismo
El estereotipo construido como cuerpo bello es reforzado a partir de otros atributos no físicos valorados socialmente como positivos. Son estos atributos los que suelen marcar la diferencia entre los protagonistas y las contrafiguras, que compiten con los primeros sólo desde la belleza corporal. Por otra parte, cuando aparecen personajes cuyas características no corresponden a los patrones de belleza construidos, siempre se les asigna una cualidad no fisiológica en función de la que se los inserta en la historia, lo gorda buena, el narigón divertido, entre otros.
Stuart Hall argumenta que el significado de un símbolo cultural no es estático ni el mismo con el correr del tiempo, el cuerpo en el indigenismo e indianismo, sea en la literatura o en la plástica han sido representados por los mestizos dentro del statu quo

No hay comentarios:

Publicar un comentario